La "lógica de acción colectiva" de Mancur Olson es una extensión de la paradoja de votación a la participación democrática en general. Su razonamiento concierne a todas las instituciones o las organizaciones que ofrecen los bienes, que son "públicos" "o colectivos" de los cuales no pueden impedir a ningún individuo afectado disfrutar independiente de su contribución a su producción. El problema, similar a la de votación, es que actores racionales no contribuirán en absoluto; por consiguiente los bienes colectivos no será producidos, a no ser que la coacción lo obligue, o que algún incentivo externo se use para hacer cumplir la participación sobre los "free riders" (Olson 1965, pp. 22-36,44).

Olson deliberadamente excluye la participación electoral del alcance explicativo de la teoría (1965, pp. 61-62, 164). Aún la participación puede asumir formas más complejas (p. ej., apoyando y la organización) que tanto Olson como otros autores tratan de justificar - en mi opinión, sin éxito). Su fracaso se relaciona con el análisis de bienes colectivos en términos "de subproductos" de los supuestos incentivos selectivos. Este análisis mantiene que sólo tales incentivos podrían inducir a un actor racional a participar, pero agregan que una parte de los recursos adquiridos de este modo será invertidos por la organización en la producción de bienes colectivos (Olson 1965, pp. 51, 132-34).

En realidad, si las ventajas colectivas como tal no pueden movilizar la participación, produciéndolos es al menos un gasto irracional de recursos sobre bienes que la gente podría necesitar, pero para el cual ellos no quieren "pagar". La alternativa racional, entonces, debería ser invertir cualquier recurso "el exceso" en incentivos más selectivos más bien que en el colectivo.


Pappalardo, Adriano (1991); "The Rational Paradigm in Political Science: Persistent Anomalies and the Role of Sociology"; Sociological Theory, Vol. 9, No. 2. (Tardor), pp. 228-231

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